"El puro amor de Dios es lo esencial. Todo lo demás es irreal".
Ramakrishna
Lo conocí unos años antes, cuando visitó Ecuador. Había asistido a sus charlas, meditaciones y tuve la oportunidad de participar de un retiro bajo su guía. Visitarlo en su Ashram era un anhelo que tenía y estaba feliz de que iba a concretarse. Hablo de Sadhu Maharaj, maestro espiritual de la orden de los vaisnavas.
Sadhu Maharaj nació en la familia Real de Mungir (India) y se esperaba que asuma el Reinado. Sin embargo, después de llevar una vida dedicada al hogar y a los negocios, decidió tomar los votos de monje renunciante en 1996. Guiado por su gurú Sri Radha Govinda Das Babaji, este monje hindú se dedicó a compartir su mensaje de amor y compasión a través de la tradición Bhakti Yoga, el camino del yoga devocional.
Así fue cómo y por qué llegamos a la tierra de Sri Bagavan Krishna, el lugar del cual había escuchado tantas historias (pasatiempos) de su vida, una maravilla, las mejores, por supuesto, contadas por el.
El itinerario en el Ashram era el siguiente:
Levantarse a las 4:00 am para participar del Arati, que es una ceremonia de ofrecimiento, donde se enciende alcanfor en una lámpara especial y se recita un mantra u oración a la deidad. Arati significa «eliminar la oscuridad». Por eso se encienden lámparas y se mueven repetidas veces alrededor de la deidad o deidades, estos movimientos son circulares y en el sentido de las manecillas del reloj. La oscuridad de la que se habla no se refiere a la ausencia de luz literalmente, si no a la ignorancia (Avidya). Por ello, el Arati va dirigido a rogar por la iluminación espiritual. Cada uno de los instrumentos que se usan en la puja representan un elemento: Tierra (mediante las flores), Agua, Fuego (mediante las lámparas), Aire (mediante una pluma de pavo) y la mente purificada (mediante el incienso). Se hace en la oscuridad, generalmente de madrugada antes de que amanezca y se recita entre todos los presentes la puja. Cada devoto abraza simbólicamente la llama y se la lleva (también simbólicamente) hacia su frente. Durante este acto se recitan mantras y se toca una campanilla.
Luego nos juntábamos a meditar en presencia de Sadhu Maharaj, seguido de una charla sobre algún tema basado en los pasatiempos de Krishna o se aclaraban preguntas que hacíamos los participantes.
Desayunábamos, para luego salir a visitar algún otro sitio: templo, ashram… al regreso de la visita podíamos participar de las ceremonias que se realizaban por la tarde y noche. Nos retirábamos a descansar luego de haber cenado.
Primero visitamos, Kusum Sarovar, un lugar mágico… de cuentos. Situado en la colina sagrada de Govardhan, entre Manasi Ganga y Radha Kund, en el distrito de Mathura de Uttar Pradesh, India.
Es considerado uno de los lugares sagrados que fueron testigos de los pasatiempos de las deidades hindúes Radha y Krishna. Kusum Sarovar tiene Narada Kund, donde los versos del Sutra Bhakti fueron escritos por Narada y el Templo Shri Radha Vana Bihari en las inmediaciones. Es un gran depósito de agua con un monumento histórico hecho de piedra arenisca erigido en el fondo. Está rodeado de una extensa variedad de flores y árboles Kadamb, árbol tropical de hoja perenne nativo del sur y sureste de Asia.
Se dice que Radha llegaba allí con el pretexto de recoger flores, para sus amigos, pero se reuniría en secreto con Krishna y tendría conversaciones lúdicas. Hay hermosas pinturas que representan la vida de Krishna y sus pasatiempos con Radha.
La siguiente visita Radha Kund & Shyam Kund, uno de los sitios de peregrinación dedicados a Radha. Según la leyenda popular, cuando el Señor Krishna mató a un poderoso asura (demonio) en forma de toro, su consorte Radha le pidió a Krishna que lavara sus pecados bañándose en varios ríos sagrados. Krishna se rió y golpeó el suelo con el pie, luego de lo cual todas las diosas del río emergieron frente a ellos y llenaron el suelo con su agua. Krishna se bañó en este kund (tanque del templo) para complacer a Radha. Más tarde, este depósito de agua se llamaría Shyam kund. Frente a Shyam Kunda, Radha y sus amigos también excavaron el suelo que Krishna llenó con el agua sagrada de Shyam kund. Este depósito de agua lleva el nombre de Radha y se llama Radha kund. Krishna se bañó entonces en el Radha kunda y anunció que cualquiera que se bañe en Radha kund será bendecido con el intenso amor (Prem-Bhakti) que Radharani siente por él. De manera similar, Radharani también se bañó en el Shyam kund y anunció que quien se bañara en el Shyam kund sería bendecido con el amor que Krishna tiene por ella. Hasta el día de hoy, millones de peregrinos que desean amor por Radha-Krishna vienen a este lugar sagrado para bañarse con reverencia, bañándose primero en Radha-Kund, luego en Shyam-kund y luego nuevamente en Radha-kund. Este es el único lugar de peregrinaje donde se toma un baño auspicioso a medianoche.
No nos bañamos totalmente, pero si sumergimos nuestros pies.
Madrugamos, para salir de viaje hacia el Taj Mahal, me atrevo a decir que es el lugar más famoso de la India, a 1 hora y media de Vrindavan queda la ciudad de Agra, sede de una de las 7 maravillas de mundo. Llegamos y había una larga fila para entrar. Seguimos todos los protocolos para el ingreso y en unos minutos ya estábamos de frente a este imponente monumento al amor.
Es un mausoleo construido (entre 1631 y 1654) por el emperador mogol Sha Jahan en honor a su esposa preferida, Mumtaz Mahal (la «Elegida del Palacio» o la «Joya del Palacio»), quien murió al dar a luz.
Taj Mahal (abreviación del nombre de Mumtaz Mahal) significa también “La Joya del Palacio”.
Combina elementos de arquitectura islámica, persa, india e incluso turca y se estima que su construcción ocupó a 20.000 hombres.
Mumtaz Mahal o “Luz del Palacio” era una bellísima e inteligente reina, que además era consejera inseparable de su esposo. Cuando falleció en el último parto de sus catorce hijos, el emperador Sha Jahan cayó en profunda depresión e inició inmediatamente la construcción del Taj como homenaje póstumo. Según una leyenda, la propia Mumtaz Mahalhabría pedido a su esposo en su lecho de muerte que construyera un edificio que simbolizara su amor.
Como nota curiosa encontré que había muchos fotógrafos que ofrecían sus servicios para tomar fotos muy divertidas y con trucos, como podrán ver en este par de fotos.
Cuando iba entrando justo antes de llegar al arco, (foto), mi boca se abrió de manera natural con un “WOW” realmente es un espectáculo visual: la arquitectura del monumento, la belleza de los jardines, piletas yárboles que lo rodean.
Y así nos despedimos de Agra, de regreso a Vrindavan a pasar unos días más con Sadhu Maharaj y bañarnos en su aura de luz.
Próximo episodio, Calcuta.
Es una linda historia de su experiencia en su visita a la India. Sentir la energía de un ambiente espiritual tan fuerte debe dejar huellas.