Conocí las montañas y el frío saliendo de la niñez, en un viaje familiar; sentí que nuestro caluroso Guayaquil nos había dejado y nos permitía tener ese espacio fresco el que brindaba la oportunidad de juntarnos y cobijarnos entre todos. Desde una ventana mi papi y yo mirábamos la ciudad (Quito) y el viento helado en mi cara me dio tanta felicidad que pronostiqué irme a vivir allí.
Pasaron 14 años para que ese deseo pronosticado se cumpliera.
La vida me llevó de regreso (años después) a la humedad, al verde intenso de la naturaleza que solo se propicia bajo el sol y el proceso de fotosíntesis… Guayaquil.
20 años de lujo y gran aprendizaje me entregó la costa. El tiempo en el que pude conocer mejor a mi papi es irremplazable. El camino de vida en el Yoga, la práctica más seria y profunda de mi profesión pude llevarla a cabo en compañía de la familia, amigos, alumnos y pacientes.
La vida nueva en Cuenca comienza con 60 cajas, 5 maletas 2 bolsos grandes, repisas, veladores, las compu, los libros… (mucho que leer) el baúl (herencia del Papi Vicente) que guarda cobijo energético y cobijas, para los invitados y los días muy fríos.
La despedida con nuestros amados, los abrazos, unas lágrimas emocionadas que escapan y las consabidas recomendaciones de parte y parte.
Mi Lauri y Yo estamos pasando por una racha de energía que fluye, para ir logrando propósitos. El proyecto se concretó en estas últimas semanas: encontramos depar, firmamos contrato, investigamos sobre empresas a cargo de mudanzas…luego de algunos años de querer un cambio, este se plasmaba ante nuestros ojos muy crédulos.
Anhelar un camino de progreso integral acompañadas de la expertise y el buen modo para dirigir esos conocimientos. Avanzamos a otros espacios y así ir completando circuitos creados en el crecimiento personal espiritual, emocional, mental y físico.
El arribo fue un Domingo y el depar estaba vaciado, listo para ser pintado con nuestros colores, gustos, arte, y mucho AMOOOOORRR
Hicimos una comida improvisada, para la noche, luego de haber recibido instrucciones, llaves, recomendaciones y un etc, etc.
Lunes desayunamos, almorzamos y todo estaba recogido entre la garganta y el estómago, por la tarde – noche llegaría toda la mudanza de cajas y maletas. Lauri se quedaba hasta el jueves y yo a cargo de desempacar papelería, libros y de supervisar la instalación de repisas suspendidas de las paredes que acogerían a las letras que escribimos y las líneas que ya empezamos a leer.
Por la noche del lunes teníamos una mesa para comer y organizar material de desempaque: estilete, tijeras, fundas para basura. Martes, miércoles y jueves todo estaba fuera de las cajas y guardado en cajones, anaqueles, closets. Todo se hizo en seguidilla y trabajo seriado. ¡Oh! las copas llegaron tarde a la repartición de sitio…
Los libros desembarcaron días después, el maestro Pulgarín hizo un lindo trabajo colocando repisas – libreros, repisa – altar y ganchos para bolsos, sillas, sombreros y cucharones en la cocina. Los siguientes días sin Lauri ocupé mi tiempo solitario en lavar y secar…ahora mismo bebo un rico té negro con jazmín y escribo.
Durga Ma
May, Jun, Jul 2024
Para el blog
Esa misma energía que fluye, y estoy feliz de esa nueva etapa en sus vidas, es la que necesito para nuestra futura instalación en Jambelí. No las alturas sino el mar ❤️
Lindo escrito, descrito como un sueño que se convirtió en realidad!!!,me alegra mucho que así sea y que cada paso que den esté lleno de la mejor vibra, con frío pero cobijadas por mantas de esperanza, fe, amor y de muchos sueños más!!! Miles de besitos 😘😘😘😘😘😘