Soy la Ingeniera – por Omkari

El otro día al terminar de meditar vino a mi mente la frase: “Conviértete en tu mejor versión”, y acto seguido una reflexión que hoy les quiero compartir.

Esta frase se ha convertido en la carta de presentación de varios profesionales: entrenadores físicos, coach de salud, coach de vida, psicólogos, speakers, profesores de yoga, estilistas… y así una larga lista, que a través de sus técnicas, tips, entrenamientos te motivan a ser una mejor versión de ti mismo.

¿Pero cómo funciona esto? ¿Cómo se originó la frase? ¿Será que somos un software que debemos actualizar cuando llega una nueva versión?

Y por ahí se fue el pensamiento: elaborar un comparativo entre nuestra mente y una aplicación para el celular o un software para la computadora.

Mensajes como: “¿Desea actualizar el sistema operativo de su celular a la versión XX?” son cada vez más frecuentes en diarias notificaciones. Y esto, lo que quiere decir es que, la versión que tenemos instalada presenta ciertos errores o ya es obsoleta, y que la nueva que se propone instalar tendrá un mejor desempeño.

El Ingeniero en sistemas que creó la aplicación y/o software detectó que hay algo que no está funcionando de manera adecuada, tal vez ese error pueda ser imperceptible para el usuario, pero está ahí. También existen otros más obvios que nosotros como clientes de la aplicación notamos y decimos “Esto está raro, los mensajes no se van o, no me aparece tal o cual icono, botón etc.” sin hablar de las veces que el sistema colapsa y simplemente deja de funcionar. Los ingenieros están trabajando continuamente en las mejoras y actualizaciones respectivas, para que estas anomalías o irregularidades dejen de suceder.

Si este procedimiento lo extrapolamos hacia la vida de cada uno podríamos decir entonces que, la versión que soy hoy puede mejorar y que cada día, tal y como lo hacen los ingenieros de procesos, debo trabajar en una nueva yo. Y así como en las aplicaciones y software habrá actitudes que son evidentes para la gente de mi entorno y otras que solo yo las noto revisando el interior. La idea efectiva es la mejora continua, pues no quiero llegar a sentirme ansiosa y que esta emoción se vuelva crónica, tener ataques de pánico, entrar en depresión, y que mi sistema nervioso colapse; lo que sería un equivalente a una caída del sistema.

Para esto es necesario un constante autoexamen, observar los pensamientos, las reacciones ante las diferentes situaciones de la vida; para saber y reconocer las falencias, lo bien actuado, lo no hecho… y así poder realizar los ajustes requeridos. Con paciencia, con amor, sin forzarme ni frustrarme; simplemente cada día dar un pasito más.

Pensé entonces en las herramientas que me han ayudado y ayudan a diario: el yoga y la meditación que son infalibles para mí. A través de ellas trabajo en el autoconocimiento y así, posteriormente procesar los cambios.

Cuando practico las āsanas (posturas de yoga) observo las sensaciones en el cuerpo, la respiración, emociones que brotan: gratificación, gratitud, alegría, frustración, vanidad, tristeza; en fin, toda una gama de emociones y pensamientos que me van mostrando quien soy hoy.

“Como eres en el mat, eres en la vida” dijo un maestro; esta frase la he ido entendiendo cada vez de manera más profunda, pues podría decir que el mat es nuestro microcosmos.

Además de las āsanas, practico a diario la respiración consciente y la meditación y siento que esto me lleva a un sitio más profundo de la consciencia; generando en mí: mayor gratitud, amor, compasión, generosidad…

Con todo esto llegué a la maravillosa conclusión que soy la ingeniera de procesos de mi vida y soy quien irá actualizando el sistema cada vez que genere una nueva versión de mí.